La abogacía es una profesión libre que presta servicio a la sociedad mediante la defensa de derechos e intereses. Su ejercicio, en un mundo globalizado, exige habilidades más allá del conocimiento jurídico, especialmente para enfrentar desafíos organizacionales.
El liderazgo es clave para los abogados, aunque muchos desconocen cómo aplicarlo. Por ello, deben desarrollar herramientas para comunicar eficazmente y potenciar sus capacidades. Las nuevas tendencias del sector evidencian una creciente competitividad, donde el éxito profesional también depende de la capacidad de inspirar y transformar a sus equipos.
Los líderes del siglo XXI deben ser más estratégicos y emocionalmente influyentes que los del pasado. El liderazgo en la abogacía no tiene una sola forma; el profesional debe identificar cuál posición adoptar según cada situación, siendo flexible y visionario.