La integración social es una disciplina que se ocupa de ayudar a las minorías. Lo hace mediante acciones que les permitan salir de la marginación y pertenecer a la estructura social. De este modo, se puede garantizar un mínimo de bienestar para ellas.
El estudio de cada caso y la determinación de las mejores estrategias les corresponden a los profesionales de la integración social. Es decir, son ellos quienes deben trabajar los distintos aspectos que les afectan y les lastran.
Asimismo, su desempeño es crucial para contribuir a la construcción de sociedades más seguras y justas. El objetivo, por tanto, se resume en ayudar a reducir las desigualdades y limitar aquellas condiciones que las provocan.